martes, 11 de agosto de 2020

Capítulo 2



Fernando, antes de ir a su trabajo, pasa por la oficina de correos. Jesús es mensajero y Fernando sabe que si no todos los días muchos días pasa por ahí. Se han encontrado varias veces frente a la oficina así que da un pequeño rodeo para pasar por el edificio. Reconoce la moto de Jesús.

--¡¡está dentro¡
Aunque se repite que no es un adolescente, que no debe acercarse, que no tiene ningún sentido lo que hace.
--¡¡debes alejarte de él¡ --se dice mientras va entrando.
Jesús está llevando unos certificados. Lo están atendiendo. Fernando aprovechará para comprar unos sellos. Fernando contempla el pedazo de culo de Jesús excitado.
--No se puedo negar que está muy bueno. ¡qué buen culo tiene¡ --va pensando Fernando.
Jesús no se ha dado cuenta de la presencia de Fernando. Entrega una lista para que se la sellen. El de correos se queja.
--¡esto no se hace así¡
Jesús no tiene ganas de discutir:
--¡a mí me lo han dado así¡ --se defiende.
Fernando lo contempla con una sonrisa:
--¡que lindo es¡ --murmura.
Al irse, Jesús pasa por el lado de Fernando y lo saluda con su habitual simpatía. El corazón de Fernando palpita con fuerza.
--es todo un seductor.
Siente muchas cosas por él. Le duele no haber sido su amante. Le gusta verlo y se siente culpable por ello.
--¡Jesús pasa de ti¡ ¡¿¿es que no te das cuenta? 
Aunque se dice así mismo que no puede tener nada con él por el problema que Jesús tuvo con su hermana lo que le da más rabia es que para Jesús él sea uno más, Jesús no se comporta como si quisiera algo con Fernando. 

Cuando Fernando vuelve a su casa y ve una foto que tiene de sus dos sobrinos en la estantería se siente culpable.
--Jesús fue el amante de su padre, por él esos niños casi sufren la separación de sus padres. Carmen no aceptaría que Jesús como parte de la familia.
Sabe que a su familia no le gustaría saber lo que le hace sentir ese hombre:
--Sea como sea me lo tengo que sacar de la cabeza.
Busca su celular. Llama a un hombre.
--¿tienes la noche libre?¿porqué no te vienes a mi casa?

Al rato, Fernando y su amigo están retozando en la cama.
(ÁLVARO CERVANTES)


 El amigo está disfrutando mucho. Se ve encantado. Fernando hace el esfuerzo para gozar en brazos de su amigo que es un excelente amante pero no puede. Entonces cierra los ojos y piensa en Jesús. No desea pensar en Jesús pero no puede evitarlo. Piensa en su culo que le ha puesto cachondo esa mañana, en esos labios que desea besar, en ese cuerpo que ha visto desnudo y desea tener en su cama. Goza en brazos de su amigo porque se imagina que está con Jesús. El amigo no se da cuenta, se queda satisfecho y contento. Mira a Fernando con una sonrisa. Se levanta totalmente y se empieza a desnudar.
--cuando quieras la repetimos.
El amigo le guiña el ojo a Fernando muy sensualmente y se va. Fernando se siente vacío. Abraza su almohada con triste. Sólo Jesús llenaría su vida por completo.
--pero no puedo tener nada con él y el tampoco quiere --dice con amargura.
Fernando necesitaba desahogarse y le ha venido bien pero Jesús cada vez está más dentro de él y le parece imposible pensar que en algún momento se lo pueda sacar de la cabeza.

En los días siguientes, Fernando y Jesús no se ven de cerca. Lo ve algún lado de lejos y Jesús siempre cambia de camino.
--¿será casualidad o es porqué me ve? –se pregunta Fernando.
Fernando no logra saber cuáles son los sentimientos de Jesús hacía él y eso es algo que le angustia. No tendría nada con él por respecto a su familia pero también le da rabia que Jesús no haya tenido nunca interés en que tuvieran algo. 
--No sé si yo hubiera sido amable con él… Tal vez… pero yo me he encargado que piense que me odie –dice para sí.
Fernando está triste porque Jesús no se acerca a él.
--Es lo mejor, podría tener un resbalón y haría mucho daño si se entera mi familia –dice para sí con resignación.
A Fernando le duele no tener a Jesús:
--lo que tenía que pasar entre él y yo ya ha pasado… Nada.
Eso le amarga y siente que él mismo se ha encargado de que sea así porque siempre ha sido antipático con él pero no se resigna.
--No puedo estar con otros hombres cuando vibro por él.
Una sola mirada de Jesús le hace temblar, en cambio hacer el amor con otro hombre sólo le da placer si es que está pensando en Jesús.
--Jesús es una ilusión –se reclama con tristeza-- y no puedo hacer daño a mi familia sólo por eso, porqué Jesús es sólo eso una estúpida ilusión.
Se enoja consigo mismo:
--¿¿pero es que no te das cuenta que Jesús no quiere nada contigo?? ¡¡a lo sumo un polvo…¡
Fernando se reclama porque él ve a Jesús como un amor imposible, como algo con el que le gustaría tener algo pero en realidad Jesús no ha manifestado que sienta nada por él.
--Sólo piensa con la bragueta, no le importa nada más. Las tres premisas de su vida son Sexo, Sexo y Sexo. 
Habla por el dolor de su hermana, pero también por sus celos porque no es él quien estuvo en su cama,
--¡¡no debo olvidarlo nunca, no debo olvidar que se acostó con Manuel sabiendo el daño que ocasionaría a su familia pero a él le da igual, yo tendría que enfrentarme a mi familia por él y luego él se cansaría de mí¡
Fernando tiene toda una revolución dentro de él. Piensa en Jesús con amor y con rabia. Fernando se da una buena ducha fría pero eso no baja su sofoco. 

,

Se tumba en su cama totalmente desnudo.
--No debo caer. No debo seguir pensando en Jesús. He sido antipático con él, quería alejarlo de mi (aunque era Fernando quien se acercaba a él) pues ahora no debo quejarme.
A Fernando le duele mucho que Jesús no lo haya buscado.
--¿y si su indiferencia actual no es más que una táctica?
Esa esperanza le hace sonreír ilusionado aunque no lo reconoce, aunque prefiere fingir que no es lo que quiere:
--seguro que aún tiene esperanzas de sumar una nueva cama conmigo, que le debe dar morbo hacerlo con dos cuñados. Imagina primero seduce al marido y luego al hermano de la mujer. Luego me tiraría a mí como tiró a Manuel.
A Fernando le da rabia que Jesús no quiera nada con él y prefiere pensar que es él quien no quiere tener nada con Jesús:
--Debe querer enamorarme, hacerme suyo y después dejarme solo con el problema como le pasó a Manuel. Yo podría perder el cariño de Carmen, de mis sobrinos, mi padre sufriría mucho. Las consecuencias por un rato de diversión las pagaría sólo yo. Debo olvidarlo.
Pero no deja de pensar en él y de buscarlo cada vez que sale a la calle y en especial en los lugares que sabe que frecuenta.
--Eso es lo mejor, alejarme de él (en realidad es Jesús quien se ha alejado de él) Tenerlo cerca es muy peligroso. Podría aprovecharse de mí (aunque sabe que lastimaría a su familia que más quisiera Fernando que estar con Jesús) ¿y si intenta enamorarme?
Jesús es guapo y seductor. Fernando no niega que no le costaría mucho caer en sus brazos pero luego se sentiría mal porque a él le gustaría tener una relación estable y Jesús no es alguien que pueda presentar a su familia porque no sería bien recibido precisamente. 
--¿y si me embriagara de él de tal manera que mi voluntad quedara anulada y me convirtiera en un títere en sus manos? No quiero ni pensar en qué pasaría si estuviera bajo su dominio (sí lo piensa y le excita mucho) Seguro que así se lo montó con Manuel. Seguro que ahora se aleja de mí porque está preparando el ataque seguro de su triunfo.
Fernando siente que el corazón se le va a salir de la garganta. Quiere a ese hombre pero le parece una falta de respecto hacia su familia, por eso siente que debe rechazarlo.
--Tengo que estar alerta. Manuel quería algo estable con él, estoy seguro que hubiera dejado a su familia si él se hubiera quedado con él, si no hubiera desaparecido… Conmigo hará lo mismo. Me fingirá un amor que no siente sólo para llevarme a la cama. Sólo quiere sexo, unos horas de placer que me podrían salir muy caras. Él no daría la cara por mí y yo haría mucho daño si se sabe que he tenido algo con él. Jesús es un cerdo y no debo pensar en él. Debo alejarme.
Fernando está muerto por Jesús. No deja de pensar en él. En el fondo desea que Jesús de algún paso aunque Fernando siente que debe decir no. Se lanzaría en sus brazos si no existiera un pasado, si no fuera por su familia dejaría que Jesús hiciera lo que quisiera con él:
--Pero luego no podría mirar a mis sobrinos a los ojos. Con que cara después de hacérmelo con el que fue amante de su papá –se reclama atormentado.











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