jesús y Fernando están cara a cara después de mucho tiempo. Ahora que es libre Jesús quiere luchar por el amor de Fernando. Fernando tiene el corazón herido. Hay muchas cicatrices dentro de él. El comportamiento de Jesús y la muerte de Francisco lo han dejado demasiado atormentado como para volver a empezar y menos con Jesús. Lo ama, sí lo ama y ese amor lo quema por dentro. Le duele porque se siente un traidor a la memoria de su esposo. Tampoco puede evitar no confiar en Jesús. Lo ha amado mucho. Mira a Jesús, se ve en sus ojos enamorados. Es alguien muy especial, te hace sentir el más importante de los hombres pero a la vez el más desgraciado y miserable. La vida a su lado es como estar al borde de un acantilado, nunca sabes cuando vas a caer. Así lo ve Fernando y no quiere volver a subir a ese acantilado. Lo ha amado mucho, se ha sentido muy amado pero también le ha hecho mucho daño. Está cansado de sufrir. Además la muerte de Francisco lo dejó muy lastimado. Ahora que Carmen es feliz, a ella le gustaría que su hermano también lo fuera aunque sea con Jesús del que no se fía pero aunque nunca amó a Francisco, aunque se casó con él sólo porque se estaba muriendo no puede hacer su vida libremente. Jesús espera en silencio con una sonrisa nerviosa. Fernando finalmente se decide a contestar y lo hace con un reclamo.
--¿Y Manuel?
Jesús no quiere perder la sonrisa aunque está nervioso, quiere mostrar el que no pasa nada con Manuel.
--Se va a ir de mi casa. No hay nada, nunca hubo nada serio.
--Tú todo lo arreglas así de fácil. No te importa hacer daño. ¿Sabes que mi hermana se quiso matar? –le reprocha dolido.
Jesús se muestra cariñoso aunque tiene miedo de no lograr que Fernando vuelva con él:
--Yo te pido perdón las veces que quieras pero no me rechaces. Tu hermana ahora es feliz, ¿porqué no intentarlo ahora?
Fernando no acepta un acercamiento con Jesús-
--Es muy pronto… Yo amaba a mi esposo.
--¿me engañas a mi o a ti? –le dice Jesús sonriente mientras lo acaricia.
La caricia de su amado le hace estremecer pero se siente culpable y lo rechaza casi con rabia.
--Ya, déjame.
Jesús se desespera. Trata de abrazar a Fernando pero éste lo rechaza con miedo:
--¡perdimos mucho tiempo, a ti te dolió verme con Benito y a mi verte con el otro pero ahora somos libres ¿porqué no intentarlo?¡
--vete por favor --le suplica atormentado.
--¿porqué? –le pregunta dolido.
--¿crees que se pueda construir la felicidad sobre el cadáver de alguien que tanto me quiso?
Jesús ve tanto dolor en los ojos de Fernando que le duele saber que él ha contribuido a ese dolor y le gustaría poder ayudarlo a ser feliz aunque no fuera con él. Trata de animarlo:
--tú eres libre y no tienes porque condenarte.
--es muy pronto.
--También era muy pronto para casarte y lo hiciste.
Fernando no quiere aceptar que su matrimonio fue una falsa, le es más fácil seguir con su papel de viudo a enfrentar que es a Jesús a quien ama y que jamás se hubiera casado de no saber que Francisco tenía los días contados:
--Nos conocíamos de toda la vida, fue mi primer amor.
--pero sé que ahora me amas a mí… Niégalo.
Jesús le pone las dos manos y lo mira haciéndole sentir todo su amor. Fernando agacha la mirada. No puede recibirlo.
--por favor, vete.
Jesús lo ve demasiado atormentado.
--Está bien. Me voy pero volveré.
--No te abriré la puerta –le dice Fernando triste.
--Igual vendré.
Jesús se muestra sonriente pero le duele que Fernando lo haya rechazado. Lo que más le duele es haberlo visto tan triste. Fernando cierra la puerta y se derrumba. Llora. Ama a ese hombre pero además le atormenta. Siente que no tiene derecho a ser feliz. Jesús en su auto golpea el volante con ojos llorosos. No piensa aceptar el no de Fernando. No piensa permitir que su amado viva en la sombra
Jesús no quiere perder la sonrisa aunque está nervioso, quiere mostrar el que no pasa nada con Manuel.
--Se va a ir de mi casa. No hay nada, nunca hubo nada serio.
--Tú todo lo arreglas así de fácil. No te importa hacer daño. ¿Sabes que mi hermana se quiso matar? –le reprocha dolido.
Jesús se muestra cariñoso aunque tiene miedo de no lograr que Fernando vuelva con él:
--Yo te pido perdón las veces que quieras pero no me rechaces. Tu hermana ahora es feliz, ¿porqué no intentarlo ahora?
Fernando no acepta un acercamiento con Jesús-
--Es muy pronto… Yo amaba a mi esposo.
--¿me engañas a mi o a ti? –le dice Jesús sonriente mientras lo acaricia.
La caricia de su amado le hace estremecer pero se siente culpable y lo rechaza casi con rabia.
--Ya, déjame.
Jesús se desespera. Trata de abrazar a Fernando pero éste lo rechaza con miedo:
--¡perdimos mucho tiempo, a ti te dolió verme con Benito y a mi verte con el otro pero ahora somos libres ¿porqué no intentarlo?¡
--vete por favor --le suplica atormentado.
--¿porqué? –le pregunta dolido.
--¿crees que se pueda construir la felicidad sobre el cadáver de alguien que tanto me quiso?
Jesús ve tanto dolor en los ojos de Fernando que le duele saber que él ha contribuido a ese dolor y le gustaría poder ayudarlo a ser feliz aunque no fuera con él. Trata de animarlo:
--tú eres libre y no tienes porque condenarte.
--es muy pronto.
--También era muy pronto para casarte y lo hiciste.
Fernando no quiere aceptar que su matrimonio fue una falsa, le es más fácil seguir con su papel de viudo a enfrentar que es a Jesús a quien ama y que jamás se hubiera casado de no saber que Francisco tenía los días contados:
--Nos conocíamos de toda la vida, fue mi primer amor.
--pero sé que ahora me amas a mí… Niégalo.
Jesús le pone las dos manos y lo mira haciéndole sentir todo su amor. Fernando agacha la mirada. No puede recibirlo.
--por favor, vete.
Jesús lo ve demasiado atormentado.
--Está bien. Me voy pero volveré.
--No te abriré la puerta –le dice Fernando triste.
--Igual vendré.
Jesús se muestra sonriente pero le duele que Fernando lo haya rechazado. Lo que más le duele es haberlo visto tan triste. Fernando cierra la puerta y se derrumba. Llora. Ama a ese hombre pero además le atormenta. Siente que no tiene derecho a ser feliz. Jesús en su auto golpea el volante con ojos llorosos. No piensa aceptar el no de Fernando. No piensa permitir que su amado viva en la sombra
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Por otro lado, Manuel está muy molesto en el apartamento que ha compartido con Jesús. No quiere aceptar que su amado lo ha usado y ahora se quiere deshacer de él.
--¡¡yo de aquí no me voy¡
Benito llega con su mejor cara de galán.
--¡¡tú qué quieres¡ --se le enfrenta Manuel.
Benito lo acaricia de una manera que jamás Jesús lo acarició y Manuel se derrite.
--Eres un hombre muy atractivo. Cualquiera mataría por estar un rato contigo. No es justo lo que Jesús hace contigo. Merece que le pagas con la misma moneda. Ha sido tan duro para mí verlos juntos. Porque tú me gustas mucho.
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Por otro lado, Manuel está muy molesto en el apartamento que ha compartido con Jesús. No quiere aceptar que su amado lo ha usado y ahora se quiere deshacer de él.
--¡¡yo de aquí no me voy¡
Benito llega con su mejor cara de galán.
--¡¡tú qué quieres¡ --se le enfrenta Manuel.
Benito lo acaricia de una manera que jamás Jesús lo acarició y Manuel se derrite.
--Eres un hombre muy atractivo. Cualquiera mataría por estar un rato contigo. No es justo lo que Jesús hace contigo. Merece que le pagas con la misma moneda. Ha sido tan duro para mí verlos juntos. Porque tú me gustas mucho.
Manuel es un hombre herido y enamorado frustrado. Necesita unos cálidos brazos que le den todo aquello que Jesús no le da y Benito se lo está ofreciendo.
--Yo pensé que tú amabas a Jesús –dice desconcertado.
Benito le guiña el ojo. Le sonríe coqueto:
--sí estoy enamorado, pero no de él.
Manuel está despechado, necesita amor y Benito es atractivo y le está ofreciendo todo lo que necesita. Se deja dominar por él. Se besan y van a la cama mientras se van desnudando.
Jesús llega a su casa abatido y frustrado. Confiaba a esas horas estar haciendo el amor con Fernando y se siente furioso.
--¡Espero almenos que Benito esté haciendo algo para sacarme a Manuel de la cabeza¡
Estaba seguro que Benito no lo iba a defraudar.
--¡vaya, vaya… ustedes sí que son rápidos¡ --dice Jesús al entrar y encontrarse desnudos y abrazados en la cama a Benito y Manuel.
Manuel se angustia mucho. Se levanta desnudo.
--¡Mi amor, esto no es lo que parece… yo te amo a ti¡
Jesús se burla de Manuel:
--A mi me da igual lo que sientas. Yo quiero que te largues ahora mismo de mi casa y no tienes moral para decirme que no.
Por la mirada de complicidad entre Benito y Jesús y la tranquilidad de Benito al ser descubierto, Manuel se da cuenta de que Benito se le metió en la cama para darle una excusa para dejarlo.
--¡Ahora venciste pero esto no va a quedar así, me las vas a pagar¡ --le dice Manuel.
Jesús se burla de él y lo echa casi sin darle tiempo a vestirse y a hacer su maleta.
--¡Te vas a arrepentir¡ --le dice Manuel furioso.
Jesús está dolido por el rechazo de Fernando y descarga su rabia en Manuel. Lo insulta y lo echa de muy mala manera. Manuel se queda herido y con ganas de venganza. En cuanto ya están solos, un desnudo Benito salta de la cama y abraza feliz a Jesús:
--¡¡lo logramos, lo logramos¡
Le gustaría que cómo agradecimiento, Jesús le hiciera el amor a él aunque almenos le consuela que esté feliz pero ninguna de las dos cosas pasa. Jesús se sienta en la cama abatido. Mira a Benito dolido y le dice:
--Me rechaza… Fernando me rechaza.
Jesús abraza a Benito y aunque lo ama éste sólo le da lo que busca, cariño de amigo.
Fernando se sorprende al recibir la visita de Manuel.
--¿qué haces aquí?
Fernando no lo quiere dejar pasar pero Manuel se auto-invita para atormentarlo. En plan “Mira lo que me hizo tu querido Jesús…” Le cuenta como Jesús obligó a su amante a meterse en su cama para así echarlo de casa.
-- Ese negro es mala gente, espero que no tengas la poca vergüenza para convertirlo en tu amante estando el cadáver de tu pobre marido aún caliente.
Fernando echa a Manuel de su casa,
--¡tú no eres nadie para hablarme así¡
Manuel sigue molestando mientras se va yendo:
--No tengo dudas que tú acabaras con ese maldito negro, son tal para cual. A saber qué le hiciste a tu esposo para que muriera tan pronto.
--¡largo¡
--La verdad duele verdad ¡¡lo condenaste con malos pensamientos, te la pasaste deseando que se muriera para volver con Jesús pero los remordimientos no te dejarán ser feliz¡ ¡en el fondo sabes que eres un asesino¡¡¡si lo hubieras amado él estaría vivo¡¡ ¡¡tienes las manos manchadas de sangre y todo por un negro que sólo quiere coger¡
Manuel disfruta al verlo atormentado, Fernando cierra la puerta y llora. Siente que la foto de Francisco que tiene en la estantería lo está vigilando desde el más allá pero no se atreve a quitarla siente que tienen razón, que no tiene derecho a ser feliz.
--Yo pensé que tú amabas a Jesús –dice desconcertado.
Benito le guiña el ojo. Le sonríe coqueto:
--sí estoy enamorado, pero no de él.
Manuel está despechado, necesita amor y Benito es atractivo y le está ofreciendo todo lo que necesita. Se deja dominar por él. Se besan y van a la cama mientras se van desnudando.
Jesús llega a su casa abatido y frustrado. Confiaba a esas horas estar haciendo el amor con Fernando y se siente furioso.
--¡Espero almenos que Benito esté haciendo algo para sacarme a Manuel de la cabeza¡
Estaba seguro que Benito no lo iba a defraudar.
--¡vaya, vaya… ustedes sí que son rápidos¡ --dice Jesús al entrar y encontrarse desnudos y abrazados en la cama a Benito y Manuel.
Manuel se angustia mucho. Se levanta desnudo.
--¡Mi amor, esto no es lo que parece… yo te amo a ti¡
Jesús se burla de Manuel:
--A mi me da igual lo que sientas. Yo quiero que te largues ahora mismo de mi casa y no tienes moral para decirme que no.
Por la mirada de complicidad entre Benito y Jesús y la tranquilidad de Benito al ser descubierto, Manuel se da cuenta de que Benito se le metió en la cama para darle una excusa para dejarlo.
--¡Ahora venciste pero esto no va a quedar así, me las vas a pagar¡ --le dice Manuel.
Jesús se burla de él y lo echa casi sin darle tiempo a vestirse y a hacer su maleta.
--¡Te vas a arrepentir¡ --le dice Manuel furioso.
Jesús está dolido por el rechazo de Fernando y descarga su rabia en Manuel. Lo insulta y lo echa de muy mala manera. Manuel se queda herido y con ganas de venganza. En cuanto ya están solos, un desnudo Benito salta de la cama y abraza feliz a Jesús:
--¡¡lo logramos, lo logramos¡
Le gustaría que cómo agradecimiento, Jesús le hiciera el amor a él aunque almenos le consuela que esté feliz pero ninguna de las dos cosas pasa. Jesús se sienta en la cama abatido. Mira a Benito dolido y le dice:
--Me rechaza… Fernando me rechaza.
Jesús abraza a Benito y aunque lo ama éste sólo le da lo que busca, cariño de amigo.
Fernando se sorprende al recibir la visita de Manuel.
--¿qué haces aquí?
Fernando no lo quiere dejar pasar pero Manuel se auto-invita para atormentarlo. En plan “Mira lo que me hizo tu querido Jesús…” Le cuenta como Jesús obligó a su amante a meterse en su cama para así echarlo de casa.
-- Ese negro es mala gente, espero que no tengas la poca vergüenza para convertirlo en tu amante estando el cadáver de tu pobre marido aún caliente.
Fernando echa a Manuel de su casa,
--¡tú no eres nadie para hablarme así¡
Manuel sigue molestando mientras se va yendo:
--No tengo dudas que tú acabaras con ese maldito negro, son tal para cual. A saber qué le hiciste a tu esposo para que muriera tan pronto.
--¡largo¡
--La verdad duele verdad ¡¡lo condenaste con malos pensamientos, te la pasaste deseando que se muriera para volver con Jesús pero los remordimientos no te dejarán ser feliz¡ ¡en el fondo sabes que eres un asesino¡¡¡si lo hubieras amado él estaría vivo¡¡ ¡¡tienes las manos manchadas de sangre y todo por un negro que sólo quiere coger¡
Manuel disfruta al verlo atormentado, Fernando cierra la puerta y llora. Siente que la foto de Francisco que tiene en la estantería lo está vigilando desde el más allá pero no se atreve a quitarla siente que tienen razón, que no tiene derecho a ser feliz.
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