Las cosas para Benito no están bien. Desde el sofá escucha como hacen el amor Jesús y Manuel, los ve en la ducha. Parecen que están de luna de miel. Manuel es feliz y Jesús vuelve a ser la misma máquina de coger que conoció Benito. Al chico le duele sentirse desplazado pero lo que más le duele es saber que Jesús se mueve por odio. Los amantes salen desnudos de la ducha y van hacia el dormitorio. Benito logra atrapar a Jesús.
--¿se puede saber que estás haciendo?
--¿quieres que te lo explique? –le pregunta con ironía.
Manuel se encierra en el dormitorio.
--¡te espero, mi amor¡
Jesús le guiña el ojo:
--ahora vengo.
A Benito le duele la frialdad con la que lo trata.
--¿qué haces con ese tipo? No te interesa…
Jesús agarra a Benito del brazo y lo aparta de la puerta del dormitorio para que su amante no pueda oírlo.
--¡¡no te metas en mi vida¡ ¡es asunto mío¡
--¿quieres que me vaya de tu casa? –le pregunta Benito triste.
--Haz lo que quieras, nadie te está echando. Eres mi amigo y a Manuel no le molesta pero no te metas en lo que yo hago.
Jesús no le habla amistosamente sino con cierta dureza. Se gira y vuelve al dormitorio. Antes de entrar, Jesús muestra un poco de tristeza. Fernando lo ha herido mucho. Siente que lo odia y estar con Manuel es su mejor venganza. Muestra su mejor sonrisa para el hombre y se lanza en sus brazos. Benito no tarda en escuchar los jadeos.
--¿¿¡es que no se cansan nunca?¡ --protesta para sí.
Le duele por celos porque le gustaría estar en el lugar de Manuel y le duele porque Jesús sufre.
Francisco es el mejor apoyo para Fernando y a Carmen la tranquiliza un poco ver a su hermano con otro hombre. Prefiere pensar que fue un error pensar que había algo entre él y Jesús. Francisco llena de afecto la vida de Fernando, le consuela estar con él. Se ven todos los días aunque no tienen intimidad porque Fernando no desea alejarse mucho de la clínica en donde sigue internada su hermana. Los besos y los brazos de Francisco lo reconfortan a Fernando y a Francisco estar con su primer amor le alegra sus últimos días
.
Al cabo de los días, Carmen sale del hospital. Fernando está a su lado. La mujer está muy decaída pero decidida a salir adelanta por sus hijos. Fernando la aconseja que hable con una psicóloga pero la mujer no quiere ni oír hablar de eso.
--mis niños serán mi medicina.
También el odio:
--¡No se van a casar, nunca le daré el divorcio a Manuel y mientras siga con ese negro maldito nunca verá a sus hijos¡
Fernando siente que debería decirle a su hermana que rompiera con su pasado, que dejara atrás a su esposo pero a él le dan mucho celos que Manuel y Jesús puedan casarse por lo que prefiere que su hermana se mantenga firme en su decisión de no darle el divorcio. Carmen se queda con sus hijos y con su padre. Fernando se va con Francisco a su apartamento.
--al fin solos –dice Francisco antes de besarlo frente a la cama.
Los besos y las caricias de Francisco consuelan a Fernando que se deja querer. Desnudo en la cama, sometido por Francisco. El sexo lo relaja pero ni otro cuerpo borra las huellas que dejó Jesús. Lo ama y lo odia pero está decidido a dejarse querer por Francisco
Francisco se ha quedado dormido desnudo en la cama. Fernando salta desnudo. Se pone los calzoncillos . Sale al balcón. No quiere que Francisco lo vea angustiado, que se dé cuenta que está pensando en otro, que se esfuerza por estar con él, que le interesa como amigo pero no como hombre. Le hace bien tomar aire fresco. Se queda un buen rato. No imagina que, llevado por los recuerdos, Jesús se ha acercado a la viviendo. Se queda escondido tras un auto. Ve a Fernando en el balcón pero Fernando no lo ve a él. Jesús suspira enamorado.
--¿qué me hiciste?¿qué?
Su corazón late por ese hombre. Lo odia y lo ama.
--¿porqué me engañaste? ¿qué tiene ese otro tipo que no tenga yo? ¿es algo serio o sólo fue un desliz?
Jesús siente el impulso de ir a hablar con Fernando. Los dos se dejaron llevar por la rabia y no han aclarado las cosas. Francisco se levanta de la cama.
--¿mi amor?
Toca el lado vacío de la cama. Fernando está absorto en sus pensamientos y no lo ha escuchado. Sonríe al verlo en la terraza. Se levanta. Se pone el calzoncillo y va hacía él. Lo abraza dulcemente.
--¿qué haces, cariño?
Lo besa amorosamente en el cuello. Desde abajo, Jesús no alcanza a ver si el hombre con el que está es el mismo que dijo ser su novio pero lo que sí ve es que está con otro. Se golpea los puños con rabia
.
Un par de días después, Fernando sale de su trabajo. Unos compañeros lo convencen de ir al centro a tomar algo para despedir a un compañero. Evita salir por los lugares en los que se puede encontrar a Jesús pero le sabe mal decir no.
--Yo no tengo porque esconderme. Es él quien me ha hecho daño, el que debería sentir vergüenza de salir a la calle. Yo puedo ir con la cabeza bien alta –dice para sí.
Al ir hacia el bar se encuentra con Jesús que pasaba por ahí. Los dos sienten que el corazón se les va a salir por la garganta. Desean besarse y golpearse. Se miran con amor y con dolor. Fernando va a hacer como si nada. No puede olvidar que su hermana casi muere por culpa de ese hombre. Jesús pasa por su lado y le susurra con ironía:
--¿con cual de estos te vas a encerrar en el baño a coger?
Fernando le agarra del brazo. Furioso y dolido le reclama:
--Aquí el negrito tragón eres tú.
Jesús le da un pequeño empujón. No gritan, no llaman la atención. Se quedan los dos solos escupiéndose odio.
--me acusabas de tener a otro y eras tú quien lo tenia.
--no seas cínico --Fernando.
Los dos se sienten víctimas del otro, los dos sienten que tienen cosas que reprocharle. Ambos están dolidos el uno hacia el otro.
--como me equivoqué contigo, eres de lo peor. En serio te quise mucho pero ahora te odio más de lo que te quería-Jesús.
--Tú sólo amas a la verga, eres una putita de lo peor. ojalá no te hubiera conocido, por mí tú y tu amante os podéis pudrir.
Jesús está muy herido por el odio de Fernando. Quiere hacerle daño, supone que Carmen está mal pero no sabe nada que la mujer intentó suicidarse.
--os deseo a ti y a la idiota de tu hermana lo peor.
Los dos se sienten víctimas del otro, los dos sienten que tienen cosas que reprocharle. Ambos están dolidos el uno hacia el otro.
--como me equivoqué contigo, eres de lo peor. En serio te quise mucho pero ahora te odio más de lo que te quería-Jesús.
--Tú sólo amas a la verga, eres una putita de lo peor. ojalá no te hubiera conocido, por mí tú y tu amante os podéis pudrir.
Jesús está muy herido por el odio de Fernando. Quiere hacerle daño, supone que Carmen está mal pero no sabe nada que la mujer intentó suicidarse.
--os deseo a ti y a la idiota de tu hermana lo peor.
Jesús se ríe. Fernando agarra con fuerza el brazo de Jesús:
--¡no te metas con mi hermana¡ ¡¡Casi muere por vuestra culpa¡
Jesús cree que miente, que lo dice por decir y se ríe:
--Pues hubiera estado bien así me habría casado ya con el viudito…
Fernando se tira encima de Jesús y lo golpea con odio. Entre ambos se inicia una dura pelea que sólo para la policía. Cada uno sujeto por un policía que amenaza con detenerlos y no dejan de insultarse y tratar de golpearse.
--¡¡estás muerto para mí, esto no te lo pienso perdonar¡ ¡Hoy te has suicidado para mí¡ --le reclama Fernando muy dolido.
--¡No tienes nada que perdonarme, eres tú el que me vas fallado¡
No dejan de insultarse, de atacarse. Sólo llevándolos a comisaría y por separado logran acabar con la pelea. Los dos están muy heridos. Culpan al otro de sus males.
--Ahora sí es el final –dice Jesús para sí con el corazón roto y la mirada llena de odio.
--¡ahora sí podré olvidarlo¡ --dice para sí Fernando roto de dolor.
Fernando llega a su apartamento al cabo de un rato. Es todo odio. Agarra el anillo que le regalara Francisco y que ha estado guardado en su mesita de noche. Se lo pone en el dedo y va a buscar a Francisco en el hotel en el que está.
--¡sí, me caso contigo¡ --le dice a un incrédulo Francisco.
Fernando está despechado, está dolido. Si Jesús tiene con quien casarse pues Fernando hará lo mismo. Así confía en olvidar a Jesús, lastimarlo y además hace feliz a un moribundo.
--¡no te metas con mi hermana¡ ¡¡Casi muere por vuestra culpa¡
Jesús cree que miente, que lo dice por decir y se ríe:
--Pues hubiera estado bien así me habría casado ya con el viudito…
Fernando se tira encima de Jesús y lo golpea con odio. Entre ambos se inicia una dura pelea que sólo para la policía. Cada uno sujeto por un policía que amenaza con detenerlos y no dejan de insultarse y tratar de golpearse.
--¡¡estás muerto para mí, esto no te lo pienso perdonar¡ ¡Hoy te has suicidado para mí¡ --le reclama Fernando muy dolido.
--¡No tienes nada que perdonarme, eres tú el que me vas fallado¡
No dejan de insultarse, de atacarse. Sólo llevándolos a comisaría y por separado logran acabar con la pelea. Los dos están muy heridos. Culpan al otro de sus males.
--Ahora sí es el final –dice Jesús para sí con el corazón roto y la mirada llena de odio.
--¡ahora sí podré olvidarlo¡ --dice para sí Fernando roto de dolor.
Fernando llega a su apartamento al cabo de un rato. Es todo odio. Agarra el anillo que le regalara Francisco y que ha estado guardado en su mesita de noche. Se lo pone en el dedo y va a buscar a Francisco en el hotel en el que está.
--¡sí, me caso contigo¡ --le dice a un incrédulo Francisco.
Fernando está despechado, está dolido. Si Jesús tiene con quien casarse pues Fernando hará lo mismo. Así confía en olvidar a Jesús, lastimarlo y además hace feliz a un moribundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario